Huayna Cápac (1488 - 1525)

Huayna Cápac, dibujo de Felipe Guamán Poma de Ayala
Huayna Cápac, undécimo inca, dibujo de Felipe Guamán Poma de Ayala
Fuente: Nueva corónica y buen gobierno (1615)

Huayna Cápac (1488 - 1525)

Quechua: "Joven Poderoso"

XI Inca. Nacido en Tumibamba, fue el menor de los hijos legítimos de Túpac Yupanqui y de la coya Mama Ocllo. Recibió el nombre de Tito Cusi Huallpa durante la ceremonia del Rituchicuy, y se cuenta que desde temprana edad demostró cualidades que le granjearon la preferencia de su padre. Apenas contaba seis años cuando entro a Cuzco, al frente del ejército que el Inca había conducido al Chinchaysuyo; y bizarramente lo capitaneó luego en el curso de una maniobra dirigida contra la fortaleza de Sacsayhuamán. Además, en sus actos daba pruebas de ánimo esforzado, magnanimidad e inteligencia; de modo que Túpac Yupanqui optó por designarle heredero, a pesar de su corta edad. Pasó por la tradicional iniciación del huarachicu; y, ya reconocido en su condición de soberano, se le llamó Huayna Cápac, para significar la circunstancia de haber logrado riqueza y poder en su mocedad. Pero su exaltación no fue fácilmente consentida, pues se le opusieron las ambiciones y las intrigas cortesanas: primero, de una concubina de su padre, que pretendió llevar hasta el trono imperial a uno de sus hijos; y luego, de Apu Huallpaya, tío y tutor, quien también quiso favorecer aun hijo suyo.

Ambas conspiraciones fueron vencidas por los influyentes desvelos de Mama Ocllo y la lealtad de Huamán Achachi, tío del joven Inca; y entonces inició éste su gobierno personal, para evitar el surgimiento de otras aspiraciones ilegítimas.De acuerdo con la tradición, tomó como esposa a su hermana Cusi Rimay, que murió en Quito sin dejar descendencia; y contrajo segundas nupcias con Rahua Ocllo, la madre de Huáscar.Cumplida las exequias o funerales de su padre, que duraron un mes lunar, el corte de pelo de su hijo primogénito, el príncipe Huáscar alcanzó una pompa sin precedentes. Como homenaje mandó hacer una cadena de oro de 200 brazadas, que solamente podían levantarla 200 aborígenes. De allí viene el nombre de Huáscar,(quechua:"soga").Como sus antecesores hubo de emprender sucesivas campañas para sofocar las rebeliones surgidas en las más distantes provincias del Imperio; y es fama que en el curso de ellas visitó el Tahuantinsuyo en toda su extensión. Ante todo, marchó al Chinchaysuyo, donde los Chachapoyas y los bracamoros fueron nuevamente reducidos; y reposó en la natal Turibamba, donde erigió el palacio de Mullucancha. Volvió al Cuzco; y después de algunos años siguió al Collasuyo, en cuyos amplios valles estableció mitimaes, y hacia el Contisuyo. Pero fue interrumpido en su tarea organizadora por la noticias acerca de una rebelión de los cayambis y los coranquis, en la región de Quito a donde se dirigió con 40,000 hombres para proseguir sus conquistas. Sojuzgado Quito en sangrientas batallas que culminaron con la muerte de la Schiri Cacha Duchicela, y proclamada reina de Quito la hija del rey Paccha, para evitar futuras rebeliones, Huayna Capác optó por casarse con la reina, de la que procede su hijo Atahualpa. El monarca fijó su residencia en Tumipampa, Quito, donde fijó su centro de operaciones y se convirtió en una segunda capital del Imperio, construyendo hermosos palacios y teniendo como hijo mimado a Atahualpa, con quien iba a todas las campañas. Así pudo dominar a los belicosos caras (Karas: calatos, desnudos en quechua).

Estos por su belicosidad fueron trasplantados por el sistema de los mitimaes, al Callejón de Huaylas: hoy se puede comprobar este echo por el nombre de Caraz, Capital de la Provincia de Huaylas; visitó el santuario de Pachacámac, famoso por la sabiduría de su oráculo. Y Dejó el Gobierno de Cuzco a cargo de su hijo Huáscar, que sin preocuparse por el afianzamiento de la sucesión como legítimo heredero, se dio a la vida muelle, en medio de la molicie y bacanal. Este desinterés fue su perdición. Huayna Cápac penetró hasta Pasto, a costa de grandes pérdidas; estuvo a punto de sucumbir ante la fortaleza de Cochasquí, y aun los orejones de su guardia retrocedieron; tomó los fortines de los cayambis y al castigar su rebeldía les ocasionó más de 20,000 muertes; llevó su avance hasta el río Angasmayo, en el Norte; y en tanto que sus lugartenientes dominaban en el Collasuyo a los chiraguanos, recorrió en la costa las provincias de los Huancavilcas; pasó a la isla de la Puná donde los Huannucos - moribundos -, a mando de su cacique le opuso una porfiada resistencia, ocasionando una sangrienta represalia; y se retiró a Quito, o tal vez a Tumibamba, ante los alarmantes estragos de una peste de viruela. Allí murió para unos de broncopulmonía y para otros de fiebre de viruela, después de 40 años de reinado en 1527, angustiado por la información de la llegada de hombres blancos y barbudos por los balseros (1524), en el golfo de San Miguel, Panamá, que habían sido abordados por Alonso Martín de Don Benito, el primer español que surcó el Mar del Pacífico, en la expedición de Balboa, lleno de malos presagios había vaticinado la desintegración del Imperio del Tawantinsuyo pues Huiracocha antes de morir le había dicho: " Muy pronto unos hombres de raza distinta dominarán el Imperio y lo harán desaparecer". Huayna Capác, para Al sentirse en trance de muerte hizo su testamento en un bastón, dividiendo el Imperio entre sus dos hijos, Huáscar quedó como emperador en el Cuzco y Atahualpa en Quito. El cuerpo embalsamado de Huayna Capác fue conducido al Cuzco, sin el acompañamiento de Atahualpa. Esto demuestra las intenciones imperiales de este orejón. Miles de servidores se dieron muerte para no sufrir la ausencia del querido monarca y acompañarlo hasta el más allá.En su reinado, el Imperio llegó al pináculo de su grandeza: desde el río Ancashmayo en Pasto - Colombia - por el Norte, hasta el río Maule - Chile - por el sur, por el sur - este hasta Tucumán - Argentina - y toda la altiplanicie de Bolivia, y al este la región selvática, y por el oeste toda la costa del litoral.La decisión de Huayna Capác de dividir el Imperio, fue evidentemente errónea en el aspecto político, sacrificó el Imperio del Tahuantinsuyo, haciendo más fácil la victoria de los conquistadores castellanos, que encontraron poca resistencia por la guerra civil sangrienta que estaban librando los dos hermanos. Esto lo comprueba la prisión ingenua de Atahualpa y su consiguiente ajusticiamiento.
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