Huáscar (1525 - 1532)

Huáscar, dibujo de Felipe Guamán Poma de Ayala
Huáscar, duodécimo inca, dibujo de Felipe Guamán Poma de Ayala
Fuente: Nueva corónica y buen gobierno (1615)

Huáscar (1525 - 1532)

Quechua : "Cadena de Oro"

XIII Inca. Hijo de Huayna Cápac y de su segunda esposa, la coya Rahua Ocllo, nació en algún lugar próximo al Cuzco, en una casa de recreo a la cual solía acudir el Inca para descansar. Se supone que aquel lugar pudo ser Huáscarpata o Huáscarquíguar, pero no deja de ser posible que estos nombres tuvieran su origen en episodios de la vida del propio príncipe; y se cuenta que para celebrar su nacimiento, o quizá si su iniciación en la ceremonia del huarachicu, ordenó Huayna Cápac la confección de una cadena de oro (quechua: huasca = "soga", "cadena"), con eslabones tan gruesos como un puño y unos 700 pies de largo, y que 200 orejones sostuvieron con trabajo al tenerla en torno a la plaza de Cuzco. Cuando su padre decidió marchar hacia Quito, para sofocar los conatos de rebelión que inquietaban a los pueblos del Norte y afianzar así sus conquistas, Huáscar quedó a cargo del gobierno en la ciudad imperial (1524). A poco se extendió una peste, que causó grandes estragos en todas las poblaciones. Gravemente enfermo, Huayna Cápac designó como heredero a otro de sus hijos, llamado Ninan Kuyoshi, pero señalando que en su lugar debía reconocerse a Huáscar si los augurios eran adversos a aquél; y como Ninan Kuyoshi murió en Tumibamba, antes de serle anunciada la decisión paterna, fue reconocido Huáscar como Inca.

En tanto que la nobleza acudía a Cuzco para rendirle vasallaje, su hermano Atahualpa limitóse a enviarle desde Quito un mensaje político, y al frente del ejército sofocó la rebelión de los huancavilcas. Y aunque Huáscar no se mostró receloso, pronto hubo de cambiar su actitud: porque le denunciaron una presunta conspiración para darle muerte, y le hicieron concebir que los aprestos militares efectuados por Atahualpa no estaban dirigidos tanto contra los rebeldes cuanto a satisfacer su propósito de arrebatarle el trono. Ordenó de inmediato exterminio de los conspiradores, entre los cuales se contaba su hermano suyo e incluso un tío que debía ser su consejero; trató con dureza a los orejones que habían marchado desde Quito con la procesión fúnebre que acompañaba al cadáver de Huayna Cápac, y sometió a tortura a algunos de ellos para obtener informaciones sobre los planes de Atahualpa; y llevó a cabo algunas reformas religiosas que movieron a descontento (por ejemplo: dispuso que se representase a Viracocha con la imagen del Sol; suprimió las panacas y el culto a los Incas difuntos; se burló de la intangibilidad de las acllas, al ordenar que los bailarines desahogasen en ellas sus apetitos durante una fiesta efectuada en Pomabamba). Y, ya fuera para seguir la costumbre de que los gobernadores regionales acudiesen periódicamente a Cuzco para dar cuenta de sus actos, ya fuera para separar a Atahualpa de las fuerzas militares que lo obedecían, Huáscar lo conminó a presentarse en la corte. En su lugar envió aquél unos mensajeros, con presentes; pero el Inca los acogió con ira, dio a muerte a algunos, y a otros les infirió vejámenes antes de despedirlos con el encargo de entregar vestiduras femeninas a su jefe. A la postre sobrevino la ruptura entre los dos hermanos; y, tras una larga y sangrienta guerra civil, que no sólo dividió el Imperio, sino que se eclipsó para siempre, porque facilitó la conquista de los españoles.Mientras tanto los españoles al mando de Francisco Pizarro desembarcó en Tumbes en 1532 y con fingida hipocresía prometieron ayudar a ambos bandos, fueron adentrándose en el Imperio. Huáscar entonces envió una comitiva para darles la bienvenida en Tangarará, Pizarro entonces pide castigo para el usurpador Atahualpa. Mientras éste se dirige a Cajamarca con 20,000 hombres y luego al Cuzco para coronarse emperador del Imperio. Las tropas de Huáscar se enfrentan en Tacaray cerca al Cuzco y salen triunfantes, pero fue tanto la vanagloria que se despreocupo en reorganizar las tropas y ante esto aprovecharon para atacar sorpresivamente y derrotar a Huáscar en la batalla de Cotabambas fue hecho prisionero y sus tropas quedaron derrotadas, cruelmente atado con una soga al cuello, fue conducido a Cajamarca por los generales Quisquis y Calcuchimac.En pleno camino cruzóse con los conquistadores Hernando de Soto y Pedro del Barco, que marchaban a Cuzco; y se dice que les ofreció cuadruplicar el rescate de Atahualpa a cambio de su libertad. Mientras esto sucedía en Cuzco en Cajamarca caía prisionero Atahualpa en manos de Pizarro, Así aceleró su fin, pues, enterado de ello, el cautivo de Cajamarca temió que pudiera enterderse con los españoles y ordenó a sus capitanes que le dieran muerte en Jauja (1532) muriendo ahogado en el río Andamarca, así como todos sus descendientes.
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