Burocarcia administrativa Inca
A medida que el imperio se extendía por los Andes, la necesidad de mandos intermedios se volvía cada vez más urgente, ampliándose de ese modo el aparato de gobierno para controlar y administrar los territorios incorporados. Está situación generó la centralización del poder en el Cuzco, con una clase dirigente cada vez más especializada, pero a la vez más exigente en la medida que al incrementarse el aparato estattal un grueso número de personas se apartaba de las actividades productivas. Al mismo tiempo, lo niveles intermedios que surgían no sólo debían ser eficientes, sino también probar su lealtad al Inca. Por tal razón, los cargos más estratégicos o de confianza se distribuían entre los miembros de las Panacas, aún cuando esta precaución no garantizaba la lealtad, habida cuenta de que estos linajes eran verdaderos facciones políticas.Estos niveles intermedios o administradores, tenían la misión de administrar los bienes del imperio, controlar los recursos, organizar la fuerza laboral, supervisar los trabajos del estado en la construcción de caminos, puentes, tampus y centros regionales. Estos administradores recibieron nombres distintos según sus tareas: el Inca Rantin o Capacpa Randicac era el visitador de los suyus; el Runay Pachacac era el encargado de los censos de población; el Apu Panaca o Guarni Cococ era el comisionado para seleccionar los jóvenes que irían al Aclla Huasi; figuraban igualmente los que hacían justicia, los que se dedicaban a llevar registro de lo que se guardaba en los depósitos o Collcas del Estado; el Ttocricuks un oficial era el que se responsabilizaba del mantenimiento del camino real y los tampus por intermedio de un grupo de asistentes a su cargo; los Sayua Checta Suyoyoc eran los que amojonaban las tierras del Inca en los territorios conquistados; el Tocri Camayoc supervisaba a los artesanos que cumplían labores para el Inca.
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