Los Incas incluían ofrendas de tejidos y mantas en sus actos políticos, militares, económicos, sociales, etc., en forma de piezas que se intercambiaban, se incineraban o “sacrificaban” ceremonialmente.
El tejido fue signo de posición social y señalaba la ciudadanía forzosa de las personas. Los Incas cambiaban de vestimenta constantemente.
El estado repartía lana a las unidades familiares para la confección de mantas y vestimenta, estando obligadas a tejer una manta al año para el Inca.
Posiblemente desde el gobierno de Pachacútec o Tupac Yupanqui se instituyó tejedores a tiempo completo, estos tejedores se dividieron en Cumbi Camayoc, quienes solamente trabajaban con fibras de alta calidad, y las Acllas o mujeres que se hallaban en el Acllahuasi.
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