Los catus fueron lugares abiertos ubicados en las esquinas de las plazas o en una calle amplia en donde se realizaba el trueque o intercambio. Para realizar el intercambio se destinaba uno o dos días a la semana, no se realizaban en forma permanente.
Hacia los catus llegaban los pobladores y se ubicaban de acuerdo a los productos que llevaban. Allí el vendedor se colocaba detrás de sus productos ubicados en hileras y en montoncillos; luego los interesados se acercaban con otros productos y poníanse de acuerdo para el intercambio.
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