Pachacútec Inca Yupanqui, noveno inca, dibujo de Felipe Guamán Poma de Ayala
Fuente: Nueva corónica y buen gobierno (1615)
Pachacútec Inca Yupanqui (1430 - 1478)
Quechua: "Transformador del Mundo"
IX Inca. Fue el verdadero organizador del Imperio y lo administró sabiamente con leyes sabias y sencillas. Hijo menor de Viracocha, llamado Titu Cusi Manco Cápac o Cusi Yupanqui, mostró su descontento frente a la decisión paterna de dejar como sucesor al bastardo Inca Urco; y cuando su anciano padre optó por retirarse del Cuzco, al ser amagada su seguridad por los belicosos chancas, el príncipe asumió la dirección de la defensa y se convirtió en el caudillo de la resistencia frente al enemigo. Fue secundado por su hermano mayor, Roca; por Apu Mayta y Vicaquirao, generales del ejército de Viracocha; y por algunos orejones. Envió mensajeros a los pueblos vecinos, para ofrecerles tierras y privilegios si luchaban a su lado; y aunque muchos rehusaron la alianza por temor a los Chancas, en tanto que otros adoptaron una actitud ambigua, los canas y los Canchis decidieron ayudar al fin a los cuzqueños.Desde su retiro, Huiracocha negó tener participación en los aprestos militares de Cusi Yupanqui, y ofreció su alianza a los chancas; y enterados éstos de que el príncipe era un adolescente, le otorgaron una tregua de tres meses para que preparase sus fuerzas, pues así tendrían mayor placer al vencerlo. Entregóse el joven a oraciones y ayunos, y un día tuvo una visión: un ser radiante como el Sol lo animaba a la defensa, ofreciéndole la victoria sobre los chancas. Presentóse entonces ante sus gentes con la cabeza cubierta por una piel de puma, símbolo de fuerza, y les aseguró que triunfarían. Cuando los Chancas llegaron a los contornos de la ciudad, encontraron una resistencia tenaz y muy bien organizada; y, trabados los ejércitos en una lucha cuerpo a cuerpo, Cusi Yupanqui logró apoderarse del ídolo llevado por los Chancas, Uscovilca. Bastó que vieran esto los vecinos que se encontraban apostados en los cerros próximos, para que decidieran intervenir en su apoyo, pues juzgaron que la victoria se inclinaría al lado de los cuzqueños; y, por su parte los Chancas se dieron a la fuga, desmoralizados. Los hizo ahorcar formando un hacinamiento de cadáveres en Ayacucho (rincón de los muertos).Vencedor, el joven príncipe se presentó ante su padre para ofrecerle el botín; pero Viracocha insistió en ofrecerlo a Inca Urco; y como este deseo no fue aceptado por Cusi Yupanqui, su hermano Urco intentó asesinarlo.
Avisado oportunamente, pudo escapar de la emboscada que se le tendió; pero no guardó rencor a su padre, y envió a Vicaquirao para que le pidiese que volviera a establecerse en Cuzco, aunque infructuosamente, pues aquel prefirió a Calca. En cambio, Cusi Yupanqui salió en busca de los chancas, que nuevamente estaban armándose para atacar Cuzco; les ofreció batalla en Ichupampa, cerca del río Apurímac; y luego persiguió a los vencidos hasta un llano situado en las inmediaciones de Andahuaylas, al cual se dio el nombre de Yahuarpampa (quechua: "llanura ensangrentada") en atención al total exterminio del ejército chanca. De nuevo ofreció el botín a su padre, quien lo reconoció como sucesor. Al conocer tal decisión, Urco se dirigió a Cuzco para reclamar su derecho; pero no se le permitió ni ingresar a la ciudad, y aun su mujer lo abandonó y fue tomada por Cusi Yupanqui; alistó entonces un ejército para atacar a su hermano, quien le presento batalla, y durante ella murió Urco. Se realizó entonces la ceremonia oficial de la coronación (hacia 1438), y adoptó el nombre de Pachacútec (q.: "el que cambia el mundo"). Durante los treinta años de su reinado sometió a los Sinchis de las regiones próximas al Cuzco; afianzó su dominio sobre los territorios pertenecientes a los Chancas y sus aliados; por el sur se impuso a los turbulentos Collas, y por la costa extendió su poderío a tierras de los Rucanas, Nanascas, y sojuzgó al Sinchi de los Chinchas, al Curaca de Lunahuaná, y al reyezuelo de Chuquismanco, que extendía su dominio desde Huarcu - Cañete - Mala, Ollería hasta Chilca. Igual suerte corrió Cuyus Manco - según Garcilaso y según otros Cronistas Cuismanco -, reguló que tenía su dominio desde Pachacamác hasta Huamán - Barranca, incorporando al Imperio los reinos del Rímac, Chancay y Pachacamác - reconocido como divinidad; luego envió a Capác Yupanqui, hermano del monarca, encargado de someterlos a los Huancas, a los Xauxas, Taramas, a los Conchucos fueron los que más resistieron defendiendo su libertad, sobresaliendo de éstos, en valentía y coraje los Pumapampas ( Pomabamba) y Piscupampas (Piscopampa). Esto lo comprobamos actualmente por un barrio que hay en Pomabamba con el nombre de Cañari, a donde fueron trasplantados los Cañaris de Quito, en reemplazo de las Pumapampas que fueron trasladados al barrio de Carmenca en el Cuzco. Avanzó hasta Chachapoyas y Cajamarca, e incorporó el señorío Chimú. La resistencia de los Chimús fue de larga duración y de guerra a muerte. El Gran Chimú dominaba desde el ecuador hasta Pativilca, defendido por la fortaleza de Paramonga 20,000 hombres fueron empleados para el asalto, después de un sitio de 6 meses. Cortado el abastecimiento del agua con la posesión de los mejores valles regados por canales de irrigación, el Gran Chimú se rindió ante el poderío del Ejercito Imperial. Se le incorporó como otro miembro de la familia reinante, devolviéndole todos sus privilegios y agregándole el distintivo de Cápac. Desde entonces se le denominó Gran Chimú Cápac.Pachacutec regresó al Cuzco después de estas conquistas acompañado de Cuyus Manco, por su adhesión al Imperio sin combate, al que le otorgó todos sus privilegios designándolo General del Ejercito. Anco- Huallo, general Chanca, que había sido incorporado al Ejército Imperial comandando la división Chanca, en la conquista de los Huaylas al no recibir la autorización del monarca para seguir adelante, tal como era la orden, abandonó el campo de batalla con su división Chanca y se internó a la selva. Por eso se supone que las tribus selváticas que hablan el quechua sean los restos de ese ejército Chanca. Desapareciendo así éste general de relevante actuación. Después de una agotadora campaña, Pachacutec, se dedicó a reorganizar el Imperio, y para gobernar tan vasto imperio, lo dividió en cuatro suyos cuyas líneas demarcatorias partían de la plaza principal del Cuzco, convertida así en el Centro u Ombligo del Mundo; reformó el sacerdocio y el ejército, para que actuaran en el afianzamiento de la influencia del Cuzco, y creó una casta destinada a controlar la administración. Reedificó el Templo del Sol, dotándolo de fabulosas riquezas a las cuales debió su nombre de Coricancha (quechua: "recinto de oro") y la casa de las Escogidas - Acllas - o vírgenes del Sol. Estableció el Calendario Incaico; reconstruyó el Cuzco, erigiendo nuevos barrios, aumentando los sembríos de sus chacras y andenes, y asegurando su provisión de agua. A lo largo de los caminos que cruzaron el Imperio construyó una verdadera red de pucaras, templos y tambos, que aseguraron la difusión de la religión solar y la movilización de los ejércitos incaicos. Transformó completamente el Imperio dándole una Constitución Básica y dictando leyes, admirable edificio jurídico para los jueces y legisladores actuales, aplicando una política realista que era de mantener en los pueblos sojuzgados a sus curacas como gobernadores locales, inclusive sus instituciones religiosas con todos sus cultos, pero bajo la Constitución Básica del Imperio y la observancia de sus leyes, cuyas sanciones para los infractores eran muy severas. Fundó la biblioteca del Imperio en Pucincancha - patio de la cultura -, en el que se guardaron las tablas pintadas con la efigie de los monarcas, telas pintadas en igual forma y bastones trazados con signos ideográficos que contenían la historia completa del Incario, que el virrey Toledo, sin saber lo que significaba esta grandeza de la Cultura Inca envió cuatro de ellos a Felipe II como obsequio. Y para propender a la unificación estableció un idioma común, cuya enseñanza confió a maestros enviados desde Cuzco a todas las partes del Imperio. Creó un estado agrario, gobernado mediante leyes sabias y sencillas, instituyendo el Sistema Decimal en la organización contable de carácter administrativo, vigorizando el uso del quipu, tanto en el aspecto estadístico como en el nemotécnico, agilizando la descripción histórica del Tahuantinsuyo con el uso de hilos de diferentes colores y escalas. Pero, al menos en partes, su obra debe ser atribuida también a la acción de su hijo y sucesor, Túpac Inca Yupanqui: pues estuvo asociado a su gobierno durante diez o más años, y continuó tanto sus conquistas como su labor administrativa. Después de un reinado grandioso de 48 años falleció en el Cuzco, lleno de gloria. La momia de este gran Inca, con su cabellera blanca fue examinada en el Cuzco, en la casa de Sarmiento de Gamboa, por Garcilaso de la Vega, cuando éste se dirigía a España a reclamar el derecho de los suyos.
Avisado oportunamente, pudo escapar de la emboscada que se le tendió; pero no guardó rencor a su padre, y envió a Vicaquirao para que le pidiese que volviera a establecerse en Cuzco, aunque infructuosamente, pues aquel prefirió a Calca. En cambio, Cusi Yupanqui salió en busca de los chancas, que nuevamente estaban armándose para atacar Cuzco; les ofreció batalla en Ichupampa, cerca del río Apurímac; y luego persiguió a los vencidos hasta un llano situado en las inmediaciones de Andahuaylas, al cual se dio el nombre de Yahuarpampa (quechua: "llanura ensangrentada") en atención al total exterminio del ejército chanca. De nuevo ofreció el botín a su padre, quien lo reconoció como sucesor. Al conocer tal decisión, Urco se dirigió a Cuzco para reclamar su derecho; pero no se le permitió ni ingresar a la ciudad, y aun su mujer lo abandonó y fue tomada por Cusi Yupanqui; alistó entonces un ejército para atacar a su hermano, quien le presento batalla, y durante ella murió Urco. Se realizó entonces la ceremonia oficial de la coronación (hacia 1438), y adoptó el nombre de Pachacútec (q.: "el que cambia el mundo"). Durante los treinta años de su reinado sometió a los Sinchis de las regiones próximas al Cuzco; afianzó su dominio sobre los territorios pertenecientes a los Chancas y sus aliados; por el sur se impuso a los turbulentos Collas, y por la costa extendió su poderío a tierras de los Rucanas, Nanascas, y sojuzgó al Sinchi de los Chinchas, al Curaca de Lunahuaná, y al reyezuelo de Chuquismanco, que extendía su dominio desde Huarcu - Cañete - Mala, Ollería hasta Chilca. Igual suerte corrió Cuyus Manco - según Garcilaso y según otros Cronistas Cuismanco -, reguló que tenía su dominio desde Pachacamác hasta Huamán - Barranca, incorporando al Imperio los reinos del Rímac, Chancay y Pachacamác - reconocido como divinidad; luego envió a Capác Yupanqui, hermano del monarca, encargado de someterlos a los Huancas, a los Xauxas, Taramas, a los Conchucos fueron los que más resistieron defendiendo su libertad, sobresaliendo de éstos, en valentía y coraje los Pumapampas ( Pomabamba) y Piscupampas (Piscopampa). Esto lo comprobamos actualmente por un barrio que hay en Pomabamba con el nombre de Cañari, a donde fueron trasplantados los Cañaris de Quito, en reemplazo de las Pumapampas que fueron trasladados al barrio de Carmenca en el Cuzco. Avanzó hasta Chachapoyas y Cajamarca, e incorporó el señorío Chimú. La resistencia de los Chimús fue de larga duración y de guerra a muerte. El Gran Chimú dominaba desde el ecuador hasta Pativilca, defendido por la fortaleza de Paramonga 20,000 hombres fueron empleados para el asalto, después de un sitio de 6 meses. Cortado el abastecimiento del agua con la posesión de los mejores valles regados por canales de irrigación, el Gran Chimú se rindió ante el poderío del Ejercito Imperial. Se le incorporó como otro miembro de la familia reinante, devolviéndole todos sus privilegios y agregándole el distintivo de Cápac. Desde entonces se le denominó Gran Chimú Cápac.Pachacutec regresó al Cuzco después de estas conquistas acompañado de Cuyus Manco, por su adhesión al Imperio sin combate, al que le otorgó todos sus privilegios designándolo General del Ejercito. Anco- Huallo, general Chanca, que había sido incorporado al Ejército Imperial comandando la división Chanca, en la conquista de los Huaylas al no recibir la autorización del monarca para seguir adelante, tal como era la orden, abandonó el campo de batalla con su división Chanca y se internó a la selva. Por eso se supone que las tribus selváticas que hablan el quechua sean los restos de ese ejército Chanca. Desapareciendo así éste general de relevante actuación. Después de una agotadora campaña, Pachacutec, se dedicó a reorganizar el Imperio, y para gobernar tan vasto imperio, lo dividió en cuatro suyos cuyas líneas demarcatorias partían de la plaza principal del Cuzco, convertida así en el Centro u Ombligo del Mundo; reformó el sacerdocio y el ejército, para que actuaran en el afianzamiento de la influencia del Cuzco, y creó una casta destinada a controlar la administración. Reedificó el Templo del Sol, dotándolo de fabulosas riquezas a las cuales debió su nombre de Coricancha (quechua: "recinto de oro") y la casa de las Escogidas - Acllas - o vírgenes del Sol. Estableció el Calendario Incaico; reconstruyó el Cuzco, erigiendo nuevos barrios, aumentando los sembríos de sus chacras y andenes, y asegurando su provisión de agua. A lo largo de los caminos que cruzaron el Imperio construyó una verdadera red de pucaras, templos y tambos, que aseguraron la difusión de la religión solar y la movilización de los ejércitos incaicos. Transformó completamente el Imperio dándole una Constitución Básica y dictando leyes, admirable edificio jurídico para los jueces y legisladores actuales, aplicando una política realista que era de mantener en los pueblos sojuzgados a sus curacas como gobernadores locales, inclusive sus instituciones religiosas con todos sus cultos, pero bajo la Constitución Básica del Imperio y la observancia de sus leyes, cuyas sanciones para los infractores eran muy severas. Fundó la biblioteca del Imperio en Pucincancha - patio de la cultura -, en el que se guardaron las tablas pintadas con la efigie de los monarcas, telas pintadas en igual forma y bastones trazados con signos ideográficos que contenían la historia completa del Incario, que el virrey Toledo, sin saber lo que significaba esta grandeza de la Cultura Inca envió cuatro de ellos a Felipe II como obsequio. Y para propender a la unificación estableció un idioma común, cuya enseñanza confió a maestros enviados desde Cuzco a todas las partes del Imperio. Creó un estado agrario, gobernado mediante leyes sabias y sencillas, instituyendo el Sistema Decimal en la organización contable de carácter administrativo, vigorizando el uso del quipu, tanto en el aspecto estadístico como en el nemotécnico, agilizando la descripción histórica del Tahuantinsuyo con el uso de hilos de diferentes colores y escalas. Pero, al menos en partes, su obra debe ser atribuida también a la acción de su hijo y sucesor, Túpac Inca Yupanqui: pues estuvo asociado a su gobierno durante diez o más años, y continuó tanto sus conquistas como su labor administrativa. Después de un reinado grandioso de 48 años falleció en el Cuzco, lleno de gloria. La momia de este gran Inca, con su cabellera blanca fue examinada en el Cuzco, en la casa de Sarmiento de Gamboa, por Garcilaso de la Vega, cuando éste se dirigía a España a reclamar el derecho de los suyos.
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